Durante la etapa de aprendizaje y conocimiento de las diferentes manifestaciones de las artes europeas, descuide las culturas mesoamericanas, todo lo relacionado con su arte, su arquitectura, su filosofía, quienes eran sus dioses, cuales eran sus usos y costumbres. Todo lo relacionado con nuestra cultura azteca, zapoteca, tarasca y maya. Fue entonces que me tuve que ubicar y concientizar del acontecer de mi tierra, del lugar en el que él vivía, de la riqueza de nuestro país, de nuestra gente, de su vida social, su religión, su política, su arquitectura y, sobre todo de su arte, que para mi tenía un significado muy preponderante.
-. Por consecuencia, para conocer y entender realmente más a la cultura mesoamericana, me di a la tarea de leer y visitar las diferentes zonas arqueológicas en un sentido más amplio, con otra visión e interpretación de lo que producían en el arte y, no fue sino hasta que apareció en mi camino, en forma maravillosa, reveladora y definitiva, el símbolo de: “el sello”, pues para mi es la síntesis del dibujo que da inicio al registro, del desarrollo de la cultura mesoamericana. ¨Como yo soy pintor y no escultor, la bidimensión del símbolo me conmovió y dije: -Aquí está mi cambio radical-
-. Fue en el año de 1959 cuando me dediqué a trabajar en eliminar el volumen, la perspectiva y la composición áurea de todos los elementos europeos derivados de las culturas griegas y romanas y, cuando esta dibujando, ya esta haciendo claroscuro o perspectiva, un camino que tuve que replantearme poco a poco, para ubicarme en la bidimensión del códice, influencia que logré comprender y sentir la esencia de las culturas mesoamericanas, con ello apropiarme de mi estilo representado como “arteskema mejikano”: (línea espacio, color, relieve), basada en: “las pintaderas de las culturas bisabuelas”.-
Al mismo tiempo que realizaba pintura de caballete, con su estilo arteskema mejikano: dibujo, grabado, pintura, talla y collage; logra concretar con esta nueva propuesta de estilo, 10 murales de los 44 realizados: